La verdadera historia de San Valentín
Cada año los anuncios de San Valentín inundan la televisión, la radio y otros espacios publicitarios los días previos al 14 de febrero. De una forma más o menos hábil, nos empujan a comprar y compartir bombones, flores, lencería e incluso joyas para celebrar el día de los enamorados. Pero ¿cuál es la verdadera historia de San Valentín?
La inevitable asociación de este día con una fiesta del consumo hace que muchos consideren que su origen es Estados Unidos, pero se equivocan. Hemos indagado en la historia de San Valentín y podemos asegurar que la fiesta del amor lleva celebrándose desde el Imperio Romano. En realidad, es el resultado de diversas tradiciones que se han unificado a lo largo del tiempo: ritos paganos, influencia del Cristianismo, leyendas de jóvenes solteros y fuertes campañas publicitarias de la era moderna, han hecho que San Valentín llegue a nuestros días como el verdadero patrón de los enamorados.
El inicio de nuestro enamoradizo San Valentín actual podría estar en la Antigua Roma, en la festividad de Lupercalia que se celebraba entre los días 13 y 15 de febrero: jóvenes sacerdotes se untaban en la sangre de animales sacrificados y repartían con sus látigos la fertilidad por todas las calles.
En la Era Cristiana se abolió esta fiesta y en el año 496 se estableció que el 14 de febrero se celebrara el onomástico de San Valentín. Obras de la época narran el martirio de San Valentín, que fue perseguido por ser cristiano y al ser encarcelado no sólo se mantuvo en su fe, sino que trató de convertir al emperador Claudio II. Su ejecución se señaló para el 14 de febrero y la leyenda cuenta que, el día antes, realizó un milagro al curar de una ceguera a Julia, la hija de su carcelero Asterius, de la que se enamoró. Esa noche San Valentín escribió una carta de despedida a su amada Julia firmada con la frase: «De tu Valentín«.
La primera asociación del Día de San Valentín con los enamorados es de 1382 y corresponde al escritor inglés Geoffrey Chaucer en el poema Parlement of Foules en conmemoración del aniversario de boda del Rey Ricardo II de Inglaterra y Ana de Bohemia. Hacia el siglo 17, el Día de San Valentín estaba tan instalado en las costumbres británicas que incluso Shakespeare lo incorporó en el lamento de Ofelia en su obra Hamlet:
Mañana que es día de San Valentín,
todo en la mañana estará dispuesto,
y yo seré la doncella que irá a tu ventana,
para ser toda tuya, Valentín.
Shakespeare hace referencia a la costumbre británica e italiana de la época: las mujeres solteras se sentaban en sus ventanas en el Día de San Valentín con la firme convicción de que el primer hombre al que vieran se convertiría en su verdadero amor.
La parte comercial de esta celebración se inició en el siglo XVIII con el envío de cartas de amor entre los jóvenes. Pronto empezaron a comercializarse en forma de versos en tarjetas con dibujos románticos y detalles exquisitos de flores y lazos. En Estados Unidos, Esther Howland descubrió el uso de estas tarjetas y las popularizó hasta convertirse en “la Madre de los Valentines Americanos”.
Desde entonces, el consumo de artículos “románticos” en este día no ha parado de crecer: corazones, tarjetas, flores, bombones, lencería, joyas, cenas, escapadas románticas… la popular fiesta de la cultura anglosajona se celebra ya en todo el mundo. Y es que, en el fondo, ¿quién no quiere celebrar el amor?
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Fuentes de información:
http://www.youbioit.com/es/article/shared-information/26115/la-historia-del-dia-de-san-valentin