Historia del sujetador: érase una vez… (parte I)18 julio, 2016

Talla sujetador

Historia del sujetador: érase una vez…

Érase una vez… la historia del sujetador. La ropa interior ha estado presente en la vida de las mujeres, y de la mayoría de los hombres, desde hace mucho más tiempo del que podemos imaginar.

Fueron nuestro antepasados más remotos quienes empezaron a utilizar estas prendas, puede que por higiene y abrigo, o puede que por resaltar y moldear la figura femenina, como parte del arte de la seducción.Creta

 

Las primeras prendas interiores femeninas datan del 2000 a. C. en Creta: la Diosa de la Fertilidad aparece representada, además de con sus dos sempiternas serpientes, con lo que se considera el primer corsé de la historia – que dejaba a la vista el busto de la divinidad.

Se cree que las camisas de lino interiores ya existían en 1360 a. C., ya que el faraón egipcio Tutankamón llevaba una de estas camisas en su tumba. La vestimenta era símbolo de estatus y las mujeres de alto rango vestían ropa interior que comenzaba debajo del pecho y se extendía hasta los tobillos, sujetas a los hombros con correas en forma de cruz.

Pero si dejamos a un lado otras prendas interiores, ¿cuál es realmente la historia del sujetador?

 

Historia del sujetador

 

Por increíble que parezca, Homero ya narraba en sus escritos cómo Afrodita, diosa del amor en la mitología griega, prestó su zóster o ceñidor a Hera, para que pudiera volver a conquistar a su infiel marido Zeus. Cuando Zeus vio a Hera lucir tan delicada prenda, cayó rendido a sus pies y quedó atrapado para siempre por la innegable belleza de su esposa.

A pesar de lo avanzado de sus diosas en cuestiones de lencería y seducción, la mayoría de las mujeres griegas no usaban prendas interiores – solo aquellas a las que les molestaba el volumen o movimiento del pecho, lo vendaban con unas bandas de lino o de cuero.

Historia del sujetador

Mosaicos de mujeres en ropa interior en Villa Romana del Casale

 

El zóster griego fue heredado por las mujeres romanas, con algunas modificaciones y bajo el nombre de “cestus”.  También usaron el strophium, unas cintas de cuero que sujetaban el pecho. Pero la prenda de lencería que más destacó en Roma fue la predecesora de la liga moderna: bandas adornadas y ceñidas alrededor del muslo, con el único fin de despertar los deseos fetichistas de los hombres. Para los romanos cualquier ceñidor, pañuelo o tejido delicado que hubiera estado en contacto con las partes más preciadas del cuerpo de una mujer, poseía una importante carga erótica, al igual que sucedía en Grecia.

Desde entonces hasta nuestros días la historia del sujetador ha estado en constante evolución: estas prendas interiores han atravesado muchas y muy distintas épocas, algunas doradas y otras más oscuras. La seducción, la higiene, la salud o la comodidad han servido de pretexto a lo largo de los años para crear, mejorar y reinventar la moda interior, fiel reflejo de los cambios sociales y en constante desafío con dictámenes morales.

No os perdáis la continuación de la apasionante historia del sujetador en próximas entradas del blog.

 

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1000 Dessous, A History of Lingerie, Gilles Néret, Taschen 1998.

Debajo del vestido y por encima de la piel… Historia de la ropa interior femenina, Diana Avellaneda, Nobuko 2007.

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