Muchas mujeres consideran, con o sin razón, que tienen poco pecho. Algunas están satisfechas y otras no tanto, pero: ¿qué es tener poco pecho?

El volumen del pecho es lo que se conoce como copa y se mide con una letra.

A, B, C, etc., siendo la copa A la de menor volumen. Una copa A significa que la diferencia entre la medida del torso por debajo del pecho y la medida del contorno a la altura del pezón es igual o inferior a 12cm.

Se puede afirmar que cualquier copa A, sea cual sea el contorno (85, 90, 95, 100) se considera “poco pecho”, por no mencionar el pecho que no llega a rellenar la copa A.

Para muchas, la copa B es la talla ideal; de hecho, es supuestamente la mejor proporción entre cuerpo y pecho según los cánones actuales de belleza. Cirujanos plásticos de medio mundo podrían confirmar que, para otras tantas, la copa B sigue siendo insuficiente.

 

Se puede pronosticar el tamaño del pecho desde la pubertad

Algunas adolescentes observan el escaso desarrollo de su pecho y esperan que se trate de un crecimiento tardío y que pronto les “saldrá” tanto como a sus amigas. Otras se lamentan de verlo crecer tanto y tan rápido y cruzan los dedos para que la expansión se detenga. Nunca crece a gusto de todas.

Superada la adolescencia, el hecho de tener poco pecho no siempre supone un problema: muchas mujeres están muy a gusto con el tamaño que les ha tocado. Más aún cuando las últimas décadas han desmontado el mito según el cual los hombres las prefieren rubias y pechugonas. Las mujeres de poco pecho tienen, de hecho, tanto o más éxito que las de mucho pecho entre los hombres. Para bustos, los colores.

Los hombres, al igual que las mujeres, están influenciados por los cánones de belleza de la época que les ha tocado vivir y el canon actual favorece la estética de los pechos pequeños, lo cual no es fortuito. En la era del consumo rápido y desmedido, la industria decide simplificar y agilizar el proceso productivo para reducir costes. Es por lo que vemos en las tiendas diseños repetidos, cortes y patrones poco precisos, tejidos de calidad mediocre, prendas sin forma y tallas manipuladas. El universo de la moda (de la mano del cine, de las estrellas de la música y otras artes visuales y escénicas) ya no rinde pleitesía a la imagen de belleza femenina plena, sino que encumbra a maniquíes clónicos carentes de personalidad que lucen prendas aptas para mujeres sin formas. Todo ello contribuye a anular la belleza femenina real y a construir, en su lugar, un ideal de belleza al servicio de la industria: un cuerpo demasiado delgado, de formas discretas y poco pronunciadas, versátil y ambiguo, ideal para cualquier estilismo.

Tener poco pecho encaja con el ideal de belleza actual, aunque es una realidad tangible independiente de la moda del momento. Para las mujeres de poco pecho el gran reto sigue siendo encontrar sujetadores que se adapten a las necesidades de su talla.

 

 

Tener poco pecho también tiene sus complicaciones en ropa interior

En contra de lo que las de mucho pecho puedan pensar. El mundo corsetero ofrece opciones más que suficientes a la copa B y la copa C. La copa A y de la copa D en adelante, ya son otro cantar.

Si una mujer consigue encontrar un modelo en la copa A surge una nueva disyuntiva: ¿lo quiero con relleno o sin relleno? ¿Por qué el modelo que quiero tiene relleno si yo no llevo relleno? ¿Y por qué el modelo que me gusta no lleva relleno si yo siempre uso relleno? ¿Y de qué es el relleno?

Las mujeres que prefieren sujetadores con relleno se inclinan por la estética y argumentan, con razón, que lo eligen para sentirse bien en las prendas que llevan y lucir su ropa con el mismo garbo que cualquier otra mujer. ¡Larga vida al push-up!

Por el contrario, las mujeres anti relleno invocan la naturalidad y defienden, también con razón, que están contentas con su cuerpo y que no quieren artificios que disimulen rasgos físicos que ellas no pretenden ocultar. ¡Que viva la espontaneidad!

Las dos opciones son buenas e incluso se pueden compaginar: no hay razón para no tener distintos modelos de sujetador con los que poder combinar cualquier prenda, escote u ocasión.

Ante el riesgo de que pueda desaparecer la copa A por imperativos de la industria o caprichos de la moda, en Le Bratelier defenderemos siempre dos cosas: seguiremos proporcionando la copa A a las numerosas mujeres que la necesitan, con o sin relleno, y animaremos a cada mujer a llevar con orgullo la talla que le ha tocado, diga lo que diga la moda.

Desde aquí deseamos que las mujeres del equipo A y sus pechos ocupen felices el lugar que les corresponde.